Si quieres disfrutar de una auténtica experiencia gastronómica, una de las ciudades que tienes que visitar, sin duda, es Donostia, la cumbre de la gastronomía vasca. No hay nada mejor que pasear por nuestra playa de La Concha o por las calles de la parte vieja, y pararnos a comer un buen pintxo. Y es que si algo caracteriza a esta ciudad, son sus pintxos donostiarras.
Tanto es así que en la pasada Feria de FITUR se presentó el Instituto del Pintxo Donostiarra con el fin de proteger y difundir una de las joyas de nuestra cultura gastronómica: el pintxo.
En esta misma línea, reconocidos profesionales del sector han elaborado un Decálogo sobre lo que debe ser un buen Pintxo Donostiarra.
Tomando como referencia este decálogo, nuestro Bar La Perla resulta un claro ejemplo de gastronomía local, ya que cumple con los 10 mandamientos que ponen en valor nuestra cultura gastronómica.
1. Hecho en casa
Un buen pintxo se elaborará en la propia cocina y con personal cualificado.
¿Nuestra sugerencia? Lo tenemos claro, el pintxo de carrillera de ternera con salsa de vino tinto sobre cremoso de patata. Uno de los platos estrella de la carta hecho miniatura.
2. Identidad propia
La barra será una perfecta combinación entre tradición y evolución. Se mantendrán los pintxos que han marcado nuestra identidad sin dejar de innovar.
Por ejemplo, nuestra brocheta de langostinos con aceite de ajo y perejil. Un pintxo que marca nuestra identidad por la cercanía con el mar.
3. Dos o tres bocados
Estas miniaturas se degustarán en dos o tres bocados.
Te proponemos las tostas de anchoa en salazón o en vinagreta con picada de cebolla al gusto. Lo montamos al momento, ¡pedir y servir!
4. Valorizar el producto y reconocer al productor
El pintxo se elaborará con productos de temporada, frescos y de proximidad que reflejen el entorno en el que nos encontramos. Y es que con cada pintxo se degusta también el paisaje.
En el bar La Perla trabajamos con productos de temporada como son los hongos, las anchoas, el tomate y las piparras. Y todo con producto Kilómetro Cero.
5. Frescura en barra y reposición continua
El cliente sentirá que la barra se ha dispuesto en ese momento para él.
Desde las 9:30, en La Perla vamos vistiendo la barra con gran variedad de productos. ¡Ah! Y los pintxos calientes y las frituras las hacemos al momento.
6. Establecimiento acogedor e impecable con personal atento e informado
Cualquier establecimiento dedicado al pintxo cuidará la limpieza, el orden y la decoración.
Si algo nos caracteriza en La Perla es la emblemática ubicación de nuestras instalaciones, sin olvidar la decoración cuidada y propia. Este aspecto positivo se completa con un equipo estable y con amplia experiencia en el sector.
7. Información clara y accesible
Se expondrán de forma clara los precios de los pintxos así como sus componentes alimentarios.
Otro de los mandatos que cumplimos, ya que nuestras cartas se encuentran en cuatro idiomas y detallamos la lista de precios.
8. Tradición en el formato del servicio
Los pintxos se consumirán directamente de la barra y evitaremos entregar el famoso “plato”.
En nuestro bar La Perla todos los pintxos se encuentran en la barra a disposición de todo aquel que quiera saborearlos.
9. Ruta entre establecimientos
Los profesionales del sector se ayudarán entre ellos y fomentarán la cultura del pintxo recomendando los locales de otros compañeros.
Donostia ha llegado a ser la ciudad del pintxo gracias a todos los locales de restauración que habitan en esta ciudad. En La Perla tenemos claro que debemos fomentar la ruta del pintxo y sabemos reconocer los locales que tienen buen producto.
10. Convivencia y cultura local
No habrá diferencias entre clientes locales y foráneos y respetaremos los horarios de los residentes y vecinos.
La Perla es un claro ejemplo de convivencia entre los locales y los de fuera. Además, somos el mejor estandarte de nuestra cultura gastronómica.
Pero fuera de este decálogo, hay algo que hace que nuestro establecimiento sea único en la experiencia de pintxos donostiarras, y ese algo es nuestra terraza con espectaculares vistas a la playa de La Concha. Un pintxo sabe muchísimo mejor si se saborea en un entorno único. ¡BUEN PROVECHO!